Contexto - Tema 4


Tema 4 – Los niveles de referencia para el aprendizaje de lenguas y el desarrollo de las competencias

¡Hola a todos/as!

Durante las sesiones del tema 4, hemos trabajado con Carla los niveles de referencia de aprendizaje de lenguas y el desarrollo de las competencias. Así, hemos visto más en detalle las competencias específicas, transversales y complementarias que aparecen reflejadas en el MCER para desarrollar los distintos niveles de aprendizaje de una lengua extranjera. En esta entrada, he decidido hablar de la interlengua, un concepto que tratamos durante la última sesión, pero en el que no pudimos profundizar demasiado y a mí, personalmente, me llamó la atención porque no sabía ni que existía.


Según el diccionario de términos clave de ELE del Centro Virtual Cervantes, se entiende por interlengua el sistema lingüístico del estudiante de una segunda lengua o la lengua extranjera en cada uno de los estadios sucesivos de adquisición por los que pasa en su proceso de aprendizaje. Selinker fue el que acuñó el término, pero fue Corder (1967) quien estableció las bases de la investigación del modelo de análisis de errores. 


La interlengua tiene cinco características principales: fosilización, transferencia, sistematicidad, variabilidad y permeabilidad.

La fosilización es un fenómeno mediante el cual los hablantes de una lengua meta tienden a conservar en su interlengua ciertos ítems, reglas y/o subsistemas lingüísticos propios en relación con su lengua origen, sin importar cuál sea la edad del/a alumno/a o cuánto entrenamiento haya recibido en la lengua origen. Este tipo de estructuras tienden a no desaparecer o a reaparecer cuando ya parecía que habían sido erradicadas (fenómeno llamado regresión).

La transferencia es la vinculación de la lengua materna con una lengua meta durante el proceso de adquisición, es decir, se trata de un mecanismo que se asocia con la influencia de los hábitos adquiridos de la lengua materna o de otras lenguas que han sido aprendidas en el pasado, y consiste en trasladar ítems o estructuras de la lengua que ya conocemos a la lengua meta. Así, la lengua extranjera se verá obstaculizada por la interferencia o transferencia negativa de estructuras de la lengua origen. Si, por el contrario, las estructuras de las dos lenguas no presentan diferencias, la transferencia será positiva y, por tanto, se hablaría de un proceso de facilitación.

La sistematicidad hace referencia a la coherencia interna de la interlengua en un momento específico de su evolución. Durante cada etapa de aprendizaje, el/estudiante posee un sistema interiorizado de reglas que refleja un conocimiento sistemático de la lengua meta. Estas reglas son lingüísticas y sociolingüísticas, y se construyen a partir de procesos y estrategias. En definitiva, es un sistema lingüístico con su propia gramática y, por lo tanto, aunque lo que se diga o escriba difiera del punto de vista de la gramática de la lengua extranjera que se está aprendiendo, será correcto desde el punto de vista del/a estudiante.

La variabilidad hace referencia al carácter inestable que caracteriza a la interlengua debido a que es transitoria. Esta característica pone de manifiesto la naturaleza dinámica de este proceso que se encuentra en continuo cambio y en continua transformación, ya que el proceso de construcción de un sistema lingüístico no puede ser estable. Así, nos encontramos con dos tipos de variabilidad:
  • Libre: se trata de una variación sincrónica que se da al alternar formas correctas e incorrectas en la misma etapa de aprendizaje.
  • Sistemática: se trata de una variación regida por reglas en un proceso de reestructuración progresivo para dar paso a otra etapa.
La permeabilidad consiste en la violación por parte del aprendiz de la sistematicidad interna de la gramática de su interlengua. Este fenómeno da lugar a las hipergeneralizaciones de las reglas de las otras lenguas.

Como mencionamos anteriormente, el análisis de errores de Corder está estrechamente vinculado a la interlengua. Es una corriente de investigación que se proponía el estudio y análisis de los errores cometidos por los/as estudiantes de una segunda lengua para descubrir las causas y conocer las estrategias que utilizan los alumnos durante el proceso de aprendizaje. Este método parte de las producciones reales que se realizan en la lengua meta. Así, el proceso de este análisis es el siguiente:



En el siguiente enlace tenéis acceso a la publicación de Virginia de Alba Quiñones en la Revista Nebrija de Lingüística Aplicada a la Enseñanza de las Lenguas: https://www.nebrija.com/revista-linguistica/el-analisis-de-errores-en-el-campo-del-espa%C3%B1ol-como-lengua-extranjera.html. En él, podéis encontrar las partes del análisis mucho más detalladas, con las distintas clasificaciones de errores, por ejemplo, o una relación de autores que tratan el tema de las terapias.

A partir de este análisis, hay un auge de corrientes pedagógicas que comienzan a valorar los posibles ‘beneficios’ que podrían tener los errores. Es una forma de conseguir que el alumnado no tenga miedo a intentar hablar o escribir en una lengua extranjera porque piense que se va a equivocar. Si se consigue que vean los errores como una oportunidad más para aprender, se soltarán y podrán progresar en su aprendizaje.

Para terminar, si hacéis clic en la siguiente imagen, os llevará a un artículo en el que se trata al error como un concepto clave a la hora de adquirir conocimientos de segundas lenguas extranjeras.


Espero que os haya gustado esta entrada.

¡Un saludo!

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