Contexto - Tema 2
Tema 2 – El Marco Común Europeo de Referencia
para las Lenguas. Objetivos, métodos y prioridades de la política lingüística
europea
¡Hola a
todos/as!
Durante
las sesiones del tema 2, hemos estado trabajando con el MCER y hemos visto
algunos de los cambios que se han introducido con el Volumen Complementario. En esta entrada, me gustaría tratar un tema
en el que no hemos podido profundizar mucho en clase que me parece muy
interesante y al que creo que debería dedicársele más tiempo en las aulas: la
comunicación no verbal.
Como
todos/as sabéis, la comunicación no
verbal alude habitualmente a todos los signos y sistemas de signos no
lingüísticos que comunican o se utilizan para comunicar. Es un tema que, al
menos en mi experiencia personal, prácticamente no había tratado antes de
llegar a la universidad. Es cierto que, en los libros de Lengua y Literatura
Castellana, por ejemplo, siempre había un pequeño apartado en el que se explicaba
brevemente qué es la comunicación no verbal o el significado de algunos gestos,
pero no era un tema al que le dedicásemos más de media sesión durante todo el
curso.
Sin
embargo, al llegar a la carrera, sí que tratamos el tema en las asignaturas de Interpretación.
Creo que fue muy útil porque, por un lado, pudimos aprender lo que expresábamos
al hablar en público, la mayor parte de las veces, sin darnos cuenta y, por lo
menos a mí, me ayudó a eliminar algunos malos
hábitos que tenía al hacer presentaciones como tocarme el pelo todo el rato
o tapar y destapar un bolígrafo continuamente si lo tenía a mano. Estos ‘vicios’
los había adquirido desde la ESO, cuando realmente comencé a hacer exposiciones
orales. Si en ese momento algún profesor le hubiese dedicado un par de sesiones
a tratar el tema del lenguaje no verbal y del lenguaje corporal en clase, podría
haber empezado a controlar lo que transmito desde una edad más temprana. Además,
creo que también sería beneficioso porque aumentaría la confianza y la seguridad del orador/a, en el sentido de que
sabría qué recursos podría utilizar para enfatizar o recalcar lo que transmite
de forma verbal, de tal modo que podría sentir que tiene la situación ‘más
controlada’.
Por otro
lado, también nos ayudó a ver que los gestos tienen significados muy distintos entre las diferentes culturas y, lo que
para nosotros puede ser un gesto que utilizamos todos los días, en otras
culturas puede ser una ofensa incluso y esto, en una sociedad en la que cada
día estamos en contacto continuo con otras culturas, es algo muy importante. Los
miembros de una cultura comparten creencias, costumbres, valores, patrones de
interacción y antecedentes históricos. La comunicación no verbal está ligada a
una cultura y sus funciones, dimensiones y usos adecuados se adquieren dentro
de dicha cultura. A continuación, os dejo un vídeo muy interesante de Teresa Baró, especialista en
comunicación verbal y no verbal, que ha publicado libros en los que trata,
precisamente, estas diferencias culturales.
Además,
os dejo el enlace a su página web a través de la cual podéis informaros de sus
libros, ver su canal de YouTube, su blog, entre otras: https://www.teresabaro.com/
Como he
comentado hasta ahora, sería muy beneficioso que nuestro futuro alumnado
comenzase a dominar la comunicación no verbal ya no solo para el ámbito
académico, sino también para su futuro laboral. Del mismo modo, este tipo de
comunicación también debería ser un recurso
fundamental para el profesorado. A través de ella, se pueden transmitir
todo tipo de actitudes, creencias, emociones, valores, prejuicios, estados de
ánimo…, es decir, variables que podríamos decir que conforman una especie de «currículum
oculto» que los centros educativos deberían impartir. Además, es uno de los
elementos cruciales a la hora de establecer el tipo de relación que habrá entre
el/la docente y sus alumnos/as y, por lo tanto, afectará directamente al clima
del aula en el sentido de que emiten constantemente mensaje que condicionan la
dinámica.
Así, el
profesor desempeñará el papel de emisor
y el de receptor al mismo tiempo.
Como emisor, gran parte de su
comportamiento no verbal estará orientado a controlar el comportamiento del
alumnado, a conseguir que se mantenga atento a las actividades o explicación.
Por tanto, sus funciones estarán relacionadas tanto con el ámbito emocional
(apoyo, reconocimiento, aprobación, interés…), como con el cognitivo (atraer la
atención, señalar, enfatizar…) y todo lo que transmita a nivel no verbal tiene
que concordar con lo que exprese verbalmente. Como receptor, tendrá que sensibilizarse y prestar atención
continuamente a posibles mensajes que sus alumnos/as puedan transmitir. De este
modo, podrá saber cuál es su estado de ánimo, su nivel de atención, sus
sentimientos o pensamientos, sus necesidades e intereses, entre otros. Una vez
más, la cultura del alumnado será crucial a la hora de ‘identificar’ este tipo
de elementos. Así, el profesorado tendrá que tener en cuenta este aspecto antes
de sacar conclusiones.
Aquí os
dejo un enlace a la publicación de Quintín Álvarez Núñez en la revista Innovación Educativa Nº22 de la Universidad
de Santiago de Compostela: http://www.usc.es/revistas/index.php/ie/article/download/725/707
Espero que os haya parecido interesante y nos leemos en la próxima entrada 😊
¡Un
saludo!
Hola Miriam,
ResponderEliminarAcabo de leer tu entrada y no podría estar más de acuerdo contigo. Todos hemos estudiado la definición de lenguaje no verbal durante muchos años en la escuela, pero nunca se ha explicado detalladamente y no le han dado la importancia que tiene.
Considero que muchas veces el lenguaje no verbal es incluso más revelador que el lenguaje verbal. Cuando nos comunicamos, no se trata sólo de hablar y escuchar las palabras de otros, sino que debemos escuchar más allá de las palabras puesto que se pueden decir muchas cosas, pero las expresiones faciales o los gestos dejan entrever otras.
De ahí que la asignatura optativa de "Oratoria" en la ESO me parezca una gran idea. Hoy en día los jóvenes hablan cada vez menos porque todo se hace a través de las nuevas tecnologías y hablar en público es un gran reto para algunas personas. Esta asignatura permite practicar, desinhibirse y corregir esos "tics" que todos tenemos cuando hablamos en público.
Además, para mí, la capacidad de hablar en público y tener esa labia que tienen los políticos es fundamental para un buen docente porque consigue atraer la atención del alumnado cuando decae y narrar sin aburrir. Siendo docentes enseñaremos temario que no nos emociona y que preferiríamos no dar y mostrarnos confiados y relajados cuando lo hacemos es esencial.
Es por ello que para todos aquellos no hemos tenido la oportunidad de estudiar "oratoria" deberíamos asistir a alguna formación o curso que nos enseñe a orar, a corregir esos "tics" y a controlar nuestros gestos para que no sean interpretados de forma negativa.