Contexto - Tema 1


Tema 1: La enseñanza de las lenguas en el presente modelo educativo, nacional y autonómico

¡Hola a todos/as! Hoy me gustaría centrarme en ciertos aspectos que promueve la última ley educativa (por el momento), la LOMCE, aunque primero haré un breve repaso por la evolución de nuestro país en los últimos años.
Si algo caracteriza la legislación educativa del estado español es su carácter cambiante. Tan cambiante que desde el año 1970 hemos contado con siete leyes educativas y, teniendo en cuenta el panorama político actual, es muy posible que más pronto que tarde, lleguemos a la octava.

Parece que es una especie de «tradición» que se ha creado en nuestro país cada vez que cambiamos de gobierno, llega un partido político con una determinada ideología y cambia gran parte de lo que el anterior partido con otra ideología había establecido.
A pesar de todo este baile legislativo, es cierto que sí se han conseguido cambios positivos teniendo en cuenta el momento histórico en el que se encuadran, como puede ser la escolarización obligatoria de todos/as los/as niños/as que trajo consigo la LGE. No obstante, hay otras leyes, en concreto la LOMCE, en la que es más fácil ver la intención de generar ingresos y mejorar la economía del país, que el interés por mejorar la calidad de la educación.
La LOMCE (2013) es una ley que, con un solo artículo, deroga y modifica gran parte la LOE (2006). Este artículo único causó muchísima polémica en el momento de su aprobación, de tal modo que tanto el alumnado como el profesado se lanzaron a las calles a protestar, se convocaron numerosas huelgas generales y manifestaciones y prácticamente toda la oposición prometía derogar esta ley en cuanto pudiesen. Aquí os dejo un enlace a un artículo de El País que se publicó el día de su aprobación y que trata el tema de la legislación educativa: https://elpais.com/sociedad/2013/11/26/actualidad/1385489735_160991.html
Algunos de los cambios que introdujo la ley fueron los siguientes: se eliminó la materia de Educación para la Ciudadanía ya que, supuestamente, esos contenidos se podían impartir en las demás materias; la religión vuelve a ser evaluable; asignaturas como Plástica o Música pasan a ser optativas; se cambia la estructura de los ciclos; el alumnado comienza a elegir su itinerario con una edad cada vez más temprana y se eliminan vías que le permitían cambiar su trayectoria, etc. Sin embargo, me gustaría centrarme en el apartado que se le dedica al plurilingüismo.
La LOMCE establece en su preámbulo que el plurilingüismo «se ha convertido en una prioridad en la educación como consecuencia del proceso de globalización en que vivimos», y no se equivoca. Es cierto que, hoy en día, para acceder a casi todas las becas u ofertas de trabajo es necesario tener, al menos, una acreditación de nivel de una lengua extranjeras, preferiblemente de inglés. Con la intención de «construir un proyecto europeo», la LOMCE establece lo siguiente:

La Ley apoya decididamente el plurilingüismo, redoblando los esfuerzos para conseguir que los estudiantes se desenvuelvan con fluidez al menos en una primera lengua extranjeras, cuyo nivel de comprensión oral y lectora y de expresión oral y escrita resulta decisivo para favorecer la empleabilidad y las ambiciones profesionales, y por ello se apuesta decididamente por la incorporación curricular de una segunda lengua extranjeras.

Para nosotros/as, como profesores/as de lenguas extranjeras, esto sería un avance y, en general, también sería un cambio beneficioso para el alumnado. No obstante, se menciona ‘la empleabilidad’ y ‘las ambiciones profesionales’ y no es una casualidad. Tan solo leyendo su preámbulo se puede ver que el objetivo principal de esta ley es ‘producir’ un modelo de estudiante. El profesorado tendrá como función explotar simplemente aquellas destrezas o capacidades para las cuales el/la alumno/a tenga una habilidad especial, ya que «todos los estudiantes poseen talento, pero la naturaleza de este talento difiere entre ellos». 
Una vez haya finalizado su etapa educativa, se habrá conseguido ‘fabricar’ un estudiante que es muy competitivo a nivel europeo y que, una vez se incorpore al mercado laboral en «puestos de trabajo de alta cualificación», podrá generar beneficios económicos para nuestro país que nos permitirán llegar a un estado de bienestar social. No se ve por ninguna parte interés por conseguir una educación de calidad que busque la explotación de todas las capacidades del alumnado y que le permita seguir aprendiendo durante toda su vida al tiempo que desarrolla el sentido crítico y su juicio propio.
Básicamente, esta ley tiene una visión de la educación completamente mercantilista que difiere mucho de lo que se establecía su predecesora, la LOE, que veía la educación como un medio para transmitir y renovar la cultura, los conocimientos y valores que sustentan la sociedad, y el fomento de la convivencia y la democracia. Por lo tanto, todas las medidas que se puedan implementar para fomentar el plurilingüismo van a estar dirigidas a crear este trabajador modelo, del mismo modo que también lo están todas las relacionadas con el empleo y el fomento de las TIC. Son dos realidades estrechamente vinculadas al mundo laboral y, si lo que se pretende es formar a futuros/as trabajadores/as que generen beneficios económicos, es necesario que reciban una educación orientada a ese fin.
En resumen, creo que gran parte de las medidas que se promulgan en esta ley constituyen un verdadero retroceso para nuestro sistema educativo y, por desgracia, las nuevas generaciones de alumnos y alumnas serán las que padecerán sus consecuencias.

Para terminar, si hacéis clic en la siguiente foto, os redirigirá a la publicación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, La enseñanza de las lenguas extranjeras en el sistema educativo español, de la colección Eurydice España-REDIE. Es del curso 2012/2013, con lo que está algo desactualizada, pero tiene información muy interesante para comparar nuestra situación con la de otros países europeos.

¡Un saludo!





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